sábado, 16 de agosto de 2008

PEDRO INFANTE (1917-1957


EL MAS LLORADO

Por Jesús Iglesias Lerroux

Entre los muchos actores mexicanos, tres han sido los que mayor arraigo han tenido en el pueblo: Jorge Negrete, Pedro Infante y Javier Solís.

El ídolo máximo, y desde luego el más llorado de todos, fue Pedro Infante.

Su muerte, acaecida el 15 de abril de 1957 al estrellar su avión, que el mismo piloteaba, constituyó una manifestación de duelo sin precedente.

Nacido en Huamuchil, Sinaloa, y carpintero de oficio, Pedro alcanzó fama y fortuna no tanto por sus méritos escénicos sino por su estupenda voz. Fue precisamente su voz la que lo llevó a ganar un concurso de aficionados en la ciudad de México, hasta donde había viajado en busca del éxito.

La mayoría de las películas de Pedro Infante lo identificaron con sectores de la población predispuesta a la sensiblería. Algunas de sus cintas fueron concebidas para atraer núcleos humanos que suelen hacer ídolos de la noche a la mañana: “Nosotros los pobres”, y “Pepe el toro” son un ejemplo de lo anterior.

Pedro debutó en el cine en 1942 con la película “La feria de las flores”. De inmediato se supo que su voz opacaría al actor, si bien fue el cine el que le daría inmensa popularidad.

A diferencia de Jorge Negrete y Javier Solís, Pedro se apartó de la temática de charros y dramas campiranos para interpretar papeles de gran contenido humano. En “Jesusita en Chihuahua”, “El ametralladora”, “Cuando lloran los valientes” y “Ahí viene Martín Corona”, fue el héroe rural, folcklórico y urbano.

Hizo “Escuela de vagabundos” y se rebeló como un singular comediante; “Tizoc” fue probablemente su mejor película. Actuó en ella junto a María Félix.

La muerte de Pedro Infante sobrevino en plena madurez fílmica del actor, cuando aún no cumplía cuarenta años y poseía lo que más llega a la gente del pueblo: sencillez y humildad.

“Pablo y Carolina”, de Mauricio de la Serna; “Angelitos Negros”; “Los hijos de María Morales”, de Fernando de Fuentes, y muchas, muchísimas películas más de gran imán taquillero, dieron la oportunidad al público de escuchar su privilegiada voz.

Después de su muerte, sus herederos se disputaron vorazmente cuanto dejó.

La hija de Pedro Infante y su primera esposa, María Luisa León, murió el 17 de marzo de 1973 en un accidente de automóvil. Y uno de sus hijos, Cruz Infante, también cantante y actor, y por cierto el más parecido a Pedro, murió en otro accidente de automóvil en 1987.

Finalmente, su hija Dora Luisa Infante de Marroquín, no tuvo nexo alguno con el cine.