NO PUDO SOPORTAR EL DESDEN
Por Jesús Iglesias Lerroux
Su nombre completo era Guadalupe Vélez Villalobos y nació en San Luis Potosí, México. Fue una mujer que vivió intensamente la vida. Amó y fue amada por muchos actores célebres. Pero su inestabilidad emocional, su fuerte temperamento, un carácter dominante, impulsivo y absorbente, le crearon no pocos problemas a lo largo de su vida.
Su popularidad, en extremo tormentosa, y un constante afán de querer salirse siempre con la suya, sea cual fuere el precio a pagar, la predispusieron, a la postre, para dejar este mundo por voluntad propia.
Lupe Vélez no pudo soportar el desdén del actor Harald Ramond, de quien iba a tener un hijo, y se suicidó apurando un fraso entero de Seconal. En su agonía pidió que la salvaran, pero nada se pudo hacer. Harald, el hombre que más había significado en su vida, eludió a la prensa y a sus amigos, abandonó Hollywood y se perdió en el anonimato.
En la azarosa vida de la actriz, en la cual el sexo tuvo un papel preponderante, tuvieron cabida actores tan famosos como Gary Cooper, John Gilbert, su paisano Arturo de Córdova y el más famoso de los tarzanes, johnny Weismuller, con quien contrajo matrimonio. Ambos pedirían tiempo después, de manera simultánea, el divorcio.
Hija de una cantante, Lupe Vélez trabajó en la industria del calzado antes de orientarse hacia el mundo del espectáculo, en el que debutó como cancionera y bailarina. Su belleza exótica, su piel morena y su agresividad erótica, que le valió el sobrenombre de “spitfire” —escupefuego—, título por cierto de una de sus películas, en 1943, le despejaron el camino hacia el estrellato.
Su primer filme, muy por debajo de sus aspiraciones, fue “El gaucho”. Posteriormente filmó “La canción del lobo”, dirigida por D.W. Griffith; “Oriente”, “Resurección”, “Congo”, “Bajo el cielo de Cuba” y “Campeón”.
Cuando se casó con Johnny Weismuller, las opiniones se dividieron. Se dijo que el famoso Tarzán, que llegó al cine después de conquistar media docena de medallas de oro en las Olimpiadas, era el hombre que habría de domar a Lupe. Otros, en cambio, pronosticaron un rotundo fracaso.
La corpulencia de Weismuller, atleta nato, y la baja estatura de la actriz, que apenas rebasaba el metro con cincuenta centímetros, dio motivo a las chanzas de rigor, que Lupe combatió siempre con ardor y las uñas por delante.
En 1939 se trasladó a México y Fernando de Fuentes la incluyó en “La Zandunga”. Un año ates de su muerte filmó en su patria “Naná”, basada en la novela de Emilio Zolá. Hizo también dos películas con Arturo de Córdova y otras con Miguel Angel Ferriz y Crox Alvarado.
Cuando murió tenía 36 años y en sus entrañas llevaba el hijo que anheló siempre.
2 comentarios:
creo que no importa la profesion de una persona cuando decide arrancarse la vida. todos llevamos en el alma un pesar, algo escondido. quiza muchos no lo toleran y buscan escapar de una realidad de manera rapida. en fin, se debe tener mucho valor para privrse de la vida...y dicen que los suicidas se matan por cobardia? cuan equivocados estais gentes.
Bueno, yo escuché algo con lo que estoy de acuerdo, y respeto tu opinión, pero creo que es un acto de valentía en un momento de cobardía. Valentía porque se necesita ser valiente para hacerlo, pero cobardía por no enfrentar las dificultades y tomar el camino mas corto para acabar con el camino de incertidumbre y pesar. Yo tuve una vez el deseo de quitarme la vida por tantos problemas, pero no tuve la valentía para hacerlo, pero que bueno, porque tuve la valentía para enfrentar los problemas y pude salir adelante,con la ayuda de alguien Superior a mi, claro. Hoy definitivamente no lo haría, y no me faltaría valentía para hacerlo, pero tengo más para enfrentar los problemas. Saludos.
Publicar un comentario